Esta es una traducción de la página original en inglés.

El software privativo a menudo es malware

Software privativo, también llamado «software que no es libre», se refiere al software que no respeta la libertad de los usuarios ni a su comunidad. Un programa privativo coloca a su desarrollador o propietario en una posición de poder sobre sus usuarios. Tal poder es en sí mismo una injusticia.

El objetivo de este listado es mostrar con ejemplos que la injusticia primordial del software privativo a menudo conduce a otra injusticia: las funcionalidades maliciosas.

El poder corrompe. El desarrollador del programa privativo se ve tentado a diseñar el programa de un modo que maltrata a los usuarios. El software diseñado para funcionar de una manera que maltrata a los usuarios se llama malware). Por supuesto, el desarrollador no suele hacer esto por maldad, sino más bien para obtener más beneficio a costa de los usuarios. Eso no lo hace menos ruin o más legítimo.

Ceder a esta tentación se ha vuelto cada vez más frecuente, y es hoy en día una práctica habitual. El software privativo moderno habitualmente supone una ocasión para ser engañado, dañado, acosado o timado.

Los servicios en línea no son programas de software publicados, pero con respecto a todos los aspectos negativos utilizar un servicio equivale a utilizar un programa de software publicado. En concreto, un servicio puede estar diseñado para maltratar al usuario, y muchos lo hacen. No obstante, aquí no mencionamos ejemplos de antiservicios maliciosos por dos razones. En primer lugar, porque un servicio (malicioso o no) no es un programa del que se pueda instalar una copia y no hay manera de que los usuarios puedan modificarlo. En segundo lugar, es tan obvio que un servicio puede maltratar a los usuarios si su propietario lo desea que en realidad no hay necesidad de probarlo.

Sin embargo, la mayoría de los servicios en línea exigen que el usuario ejecute una aplicación privativa. La aplicación es un programa de software publicado, de modo que sí mencionamos las funcionalidades maliciosas de esas aplicaciones. El maltrato del servicio se produce mediante el uso de esa aplicación, por lo que a veces también mencionamos esas formas de maltrato, pero tratamos de señalar explícitamente qué es debido a la aplicación y qué al antiservicio.

Cuando una página web proporciona acceso a un servicio es muy probable que envíe software JavaScript no libre que se ejecuta en el navegador del usuario. Ese código JavaScript es software publicado, y es moralmente equivalente a otras aplicaciones privativas. Si hace algo malicioso, nuestro propósito es mencionarlo aquí.

Al referirnos a los teléfonos móviles mencionamos otra característica maliciosa, el rastreo de la localización, que se debe al sistema de radiocomunicaciones antes que al software concreto que utilizan.

En diciembre de 2023, las páginas de este directorio ofrecen una lista de alrededor de 600 ejemplos de funcionalidades maliciosas (con más de 710 referencias de apoyo), pero seguramente hay miles más que desconocemos.

Lo ideal sería citar todos los casos. Si conoce algún caso que no hayamos mencionado, escriba a webmasters@gnu.org para decírnoslo. Incluya por favor una referencia a algún artículo fidedigno que describa con claridad el comportamiento malicioso, pues no mencionamos casos que no vengan documentados.

Si quiere recibir un aviso cuando añadamos nuevos puntos o hagamos algún cambio, suscríbase a la lista de correo <www-malware-commits@gnu.org>.

Injusticias o técnicas Productos o empresas
  1. Puerta trasera: cualquier funcionalidad de un programa que permite enviar órdenes a la máquina en la que está instalado, a alguien que no debería tener el control de dicha máquina.
  2. Gestión digital de restricciones o «DRM»: funcionalidades diseñadas para restringir lo que los usuarios pueden hacer con los datos en sus ordenadores.
  3. Prisión: sistema que impone la censura en los programas de aplicación.
  4. Subordinación a un servidor: necesidad de conexión permanente (o muy frecuente) a un servidor.
  5. Tirano: sistema que rechaza cualquier sistema operativo no esté «autorizado» por el fabricante.

Los usuarios de software privativo quedan indefensos ante estas formas de maltrato. La manera de evitarlas es exigir software libre (software que respeta la libertad). Con el software libre son los usuarios quienes ejercen el control, de modo que pueden defenderse muy bien de las funcionalidades maliciosas del software.

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    Spotify vendía un dispositivo de transmisión de música, pero luego interrumpió su mantenimiento. Debido a que no es libre, el dispositivo ya no se puede actualizar y ni siquiera utilizar. Los usuarios pidieron a Spotify que publicara como libre el software que se ejecuta en el dispositivo, pero la empresa se negó, por lo que estos dispositivos se han convertido en basura electrónica. Spotify ahora ofrece reembolsar a sus clientes el dinero que perdieron con la compra de estos productos, pero eso no impide que se conviertan en basura electrónica ni que Spotify maltrate a los usuarios. Este es un ejemplo de cómo el software que no es libre controla al usuario en lugar de que el usuario controle el software. Es también es una importante lección que nos enseña que antes de comprar un dispositivo debemos exigir que el software que contiene sea libre.

  • 2024-03

    Microsoft está utilizando software malicioso para hacer que los usuarios se cambien a su navegador, Microsoft Edge, y a su motor de búsqueda, Microsoft Bing. Cuando el usuario abre el navegador Google Chrome, Microsoft inserta un anuncio emergente en la esquina de la pantalla aconsejándole que se cambie a Bing. Además, Microsoft importa los datos de navegación del usuario en Chrome sin su consentimiento ni su conocimiento.

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    GM espía a los conductores que poseen o alquilan sus coches y, a través de corredores de datos, cede datos pormenorizados de conducción a compañías de seguros. Luego estas compañías analizan los datos y elevan el precio del seguro si consideran que los datos denotan «conducción de riesgo». Que el coche ofrezca estos datos a alguien que no sea el propietario o arrendatario del vehículo debe ser un delito. Y si el propietario es una compañía de alquiler de coches tampoco debe tener acceso a esos datos.

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    Microsoft ha estado importunando a quienes pretendían cerrar el programa privativo OneDrive en sus ordenadores, obligándoles a explicar por qué querían hacerlo. Ese requisito se ha eliminado debido a la presión de la opinión pública.

    Esto sirve para recordarnos que los usuarios indignados aún tienen la capacidad de hacer que los desarrolladores de software privativo eliminen pequeñas molestias. Pero no cuente con que la repulsa del público les lleve a eliminar el malware que sea más lucrativo. ¡Huya del software privativo!

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