Cómo combatir las patentes de software - Individual y colectivamente
por Richard StallmanPara un proyecto de software, las patentes de software son el equivalente de las minas terrestres: cada decisión que se tome sobre el diseño conlleva el riesgo de tropezar con una patente que puede destruir su proyecto.
Desarrollar un programa grande y complejo implica combinar muchas ideas, a menudo cientos o miles. En un país que permita las patentes de software, es muy probable que una parte importante de las ideas de su programa estén ya patentadas por diversas empresas. Quizá haya cientos de patentes que cubran partes de su programa. Un estudio realizado en 2004 reveló que en varias partes de un importante programa se aplicaban casi 300 patentes estadounidenses. Es tal el trabajo necesario para hacer semejante investigación que sólo se ha hecho una.
En la práctica, si usted es un desarrollador de software, normalmente se verá amenazado por las patentes de una en una. En tal caso, puede que logre salir indemne si encuentra las bases legales para invalidar la patente. Puede intentarlo; si tuviera éxito, significaría una mina menos en el campo minado. Si esta patente es particularmente amenazante para el público, la Public Patent Foundation podría hacerse cargo del caso; esa es su especialidad. Si usted solicita la ayuda de la comunidad para encontrar publicaciones anteriores de la misma idea, para usarlas como pruebas para invalidar una patente, todos debemos responder facilitándole cualquier tipo de información útil que pudiéramos tener.
Sin embargo, combatir las patentes una a una nunca eliminará el peligro de las patentes de software, igual que aplastar mosquitos no eliminará la malaria. No puede esperar derrotar todas las patentes que se crucen en su camino, del mismo modo que no puede esperar matar a todos los monstruos de un videojuego: tarde o temprano, una le vencerá y perjudicará su programa. La oficina de patentes de los EE. UU. publica alrededor de cien mil patentes de software cada año; nuestros mejores esfuerzos nunca podrían desactivar esas minas tan rápidamente como ellos las siembran.
Algunas de las minas son imposibles de desactivar. Todas las patentes de software son dañinas y todas, injustamente, restringen el modo en que se puede usar una computadora, pero no todas las patentes de software son legalmente inválidas según los criterios del sistema de patentes. Las patentes de software que podemos invalidar son aquellas que son fruto de «errores», casos en los que no se siguieron debidamente las reglas del sistema de patentes. No hay nada que podamos hacer en los casos en los que el único error importante haya sido la política de permitir patentes de software.
Para salvaguardar una parte del castillo, no basta con matar a los monstruos a medida que aparecen: hay que acabar con el generador que los produce. Invalidar las patentes una a una no hará que la actividad de programar resulte más segura. Para lograrlo tenemos que cambiar el sistema de patentes, de modo que las patentes ya no puedan amenazar a los programadores y a los usuarios de software.
No hay ningún conflicto entre estas dos maneras de proceder; podemos actuar simultáneamente para liberarnos a corto plazo y para solucionar el problema a largo plazo. Si nos lo proponemos, podemos hacer que nuestros intentos de invalidar patentes individualmente cumplan una doble función, contribuyendo a las iniciativas para erradicar el problema. El punto crucial es no igualar las patentes de software «dañinas» con aquellas que son erróneas o inválidas. Cada vez que invalidamos una patente de software, cada vez que hablamos de nuestros planes para intentarlo, tenemos que decir claramente: «Una patente de software menos, una amenaza menos para los programadores: el objetivo es cero».
En la Unión Europea, la batalla contra las patentes de software está alcanzando una fase crucial. Hace un año el Parlamento Europeo votó decididamente a favor de rechazar las patentes de software. En mayo, el Consejo de Ministros votó a favor de cancelar las enmiendas del Parlamento y hacer la directiva todavía peor de como era cuando se inició. Sin embargo, al menos uno de los países que apoyaron esa postura ya ha invertido su voto. Todos debemos hacer el máximo esfuerzo de manera inmediata para convencer a más países europeos de que cambien su voto, y convencer a los recientemente elegidos miembros del Parlamento Europeo de que defiendan la votación anterior. Por favor, diríjase a ffii.org para más información sobre cómo ayudar y ponerse en contacto con otros activistas.